Equipos... ¿cómo se construyen y lideran?
- Azucena Vega Amuchástegui. Entrenadora senior de líderes y equipos desde 2002 y Licenciada en Comunicación por la Universidad del País Vasco.
- Publicación: 01 de octubre del 2019
- Ponente: Azucena Vega Amuchástegui
El sueño de todo directivo es tener un equipo que se dirija disciplinadamente hacia el éxito en términos de ventas, proyectos, clientes, beneficios de doble dígito e incremento de ebitda. Para que un conjunto de profesionales bien intencionados se conviertan en un equipo no basta la buena voluntad, es necesario método, conocimiento, experiencia y -sobre todo- un ingrediente que comparte casi todo lo que merece la pena ser vivido: una mirada blanda, humana y compasiva ante la diversidad, así como paciencia para aceptar el tiempo de maduración de toda relación humana que aspire a perdurar.
El sueño de cualquier profesional con personas a su cargo es tener un equipo funcional -llamado de alto rendimiento por los adictos a la productividad-. Pero los equipos no surgen como las flores en primavera, hay que gestarlos con paciencia de artesano y determinación de samurái.
La clave de los equipos es la aceptación de la diferencia
La aceptación de la diferencia es la principal aportación de Meredith Belbin (Universidad de Cambridge) al mundo empresarial: tú no eres como yo, no piensas como yo, y no actúas como yo, pero juntos ¡vamos más lejos! La diversidad de talentos, formaciones, habilidades, razas, sexos y edades propicia resultados extraordinarios si bien es más compleja en su gestión que el liderazgo de iguales que deriva hacia el pensamiento único.
Trabajar en equipo es aprender a cooperar
Por otro lado, de manera natural los profesionales tienden a la competición, lo que erosiona la capacidad de cooperar. Para que un equipo resulte funcional es necesario que las personas sean interdependientes tanto en las tareas como en los sistemas de reconocimiento (bonus, promoción, prestigio, halago…etc.).
Trabajo en equipo: del egosystem al ecosystem
Trabajar en equipo es, básicamente, aprender a cooperar lo que exige trascender del yo al nosotros y del nosotros al todo (la empresa en su conjunto). La Teoría U del Massachusetts Institute of Technology (MIT) -auspiciada por Otto Scharmer y Peter Senge- lo denomina transitar del egosystem al ecosystem y es una hermosa manera de sintetizar el proceso por el que un grupo se transforma en equipo.
La confianza es el factor que mejor predice la viabilidad de un equipo
Finalmente hay que comprender que existen factores situacionales que impactan de manera relevante en el comportamiento de un conjunto de personas abocadas a trabajar juntas: factores emocionales tales como la confianza y el compromiso; factores conductuales como la puntualidad o el respeto al orden del día de una reunión; factores cognitivos como la práctica de la reflexividad y el feedback que propician la mejora permanente.
El punto ciego de las empresas: el potencial de los equipos
Las organizaciones que sobrevivan en el siglo XXI serán aquellas que cuenten con lideres conscientes y con equipos funcionales que posibiliten la transformación empresarial hacia un futuro evolutivo, sostenible y satisfactorio para todos.
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