Las BUENAS PRÁCTICAS no son un checklist, son cultura, no se imponen, se contagian. Por Mar Castellón, Directora de Operaciones-Innovación en Incliza. #CompetenciasCampus

Las BUENAS PRÁCTICAS no son un checklist, son cultura, no se imponen, se contagian. Por Mar Castellón, Directora de Operaciones-Innovación en Incliza. #CompetenciasCampus
  • Publicación: 05 de noviembre del 2025
  • Colabora: Mar Castellón García
  • Colabora: INCLIZA. Instalación y mantenimiento, sistemas de climatización, procesos industriales.
En nuestro recorrido por el abecedario de las competencias, Mar Castellón nos invita a detenernos en las BUENAS PRÁCTICAS. Para ella, no se trata de normas rígidas ni de simples listas de comprobación, sino de una manera de trabajar y de relacionarnos que impregna a las personas y a las organizaciones. Con su frase nos recuerda que cuando se convierten en cultura compartida, las buenas prácticas son capaces de transformar equipos enteros y abrir caminos de innovación sostenible.

Mar Castellón ha desarrollado una trayectoria de más de 25 años liderando procesos clave de transformación empresarial. Su experiencia ha sido decisiva para impulsar la eficiencia operativa, diseñar nuevos departamentos estratégicos e implementar políticas de gestión alineadas con los retos del mercado. Comprometida con la excelencia, ha consolidado un estilo de liderazgo basado en la innovación, la sostenibilidad y la mejora continua. Su capacidad para anticiparse al cambio y gestionar entornos dinámicos la ha convertido en una figura clave dentro del Comité de Dirección de INCLIZA. Convencida de que las BUENAS PRÁCTICAS son el motor del crecimiento sostenible, busca seguir fortaleciendo sus competencias de liderazgo.

Mar, ¿qué papel han jugado las buenas prácticas en tu forma de entender el liderazgo dentro de INCLIZA?

Para mí las buenas prácticas no son un checklist ni un conjunto de normas rígidas: son una cultura compartida que se transmite a diario y se impregna en todo lo que hacemos. Funcionan cuando se lideran con el ejemplo, siendo coherente entre lo que se dice y lo que se hace. Así se genera confianza y se construye una forma de trabajar sostenible en el tiempo.

Has liderado procesos de cambio y mejora en la compañía. ¿Qué buenas prácticas destacarías como fundamentales para lograr una evolución sostenible?

La transformación se basa en dos pilares: excelencia operativa y factor humano, enmarcados en un entorno de confianza donde los errores no se penalizan, sino que se comparten y se aprenden. Ese aprendizaje colectivo enriquece a la organización y es el punto clave para evolucionar de manera sostenida.

Para integrar criterios ambientales, sociales y de gobernanza, ¿qué buenas prácticas los convierten en realidad operativa?

Entendemos que estos principios no se deben de quedar siempre en meras declaraciones, sino traducirse en prácticas que generen impacto real.  Por ejemplo, en materia ambiental, somos agentes de cambio: implementamos instalaciones innovadoras y tecnologías que reducen la huella de carbono de nuestros clientes, y además informamos y formamos para acelerar su adopción. En el plano social, cuidamos toda la cadena (proveedores, clientes y, sobre todo, nuestros técnicos) fomentando un buen ambiente de trabajo, conciliación y cuidando el proceso de bienvenida e integración de las nuevas incorporaciones. En gobernanza, practicamos una dirección accesible y transparente que baja a tierra estos principios en el día a día.

INCLIZA trabaja en proyectos de climatización con diseño e innovación. ¿Cómo se traducen las buenas prácticas en soluciones que optimicen el rendimiento energético de los clientes?

Actuamos como partner tecnológico durante todo el ciclo de vida de las instalaciones térmicas: desde toma de datos y diseño hasta automatización, digitalización, control del dato y posventa. Esa visión tan global y completa de planta nos permite anticipar necesidades, proponer soluciones novedosas y mejorar de forma medible el rendimiento energético.

¿Cómo se fomentan buenas prácticas alineadas con la estrategia y los valores?

La gestión de equipo es compleja y tienes que conocer a las personas, pero todo empieza por la confianza: si la gente no puede decir lo que piensa, es difícil avanzar. Ayuda practicar una comunicación transparente y cotidiana —ese “café diario” donde se ponen sobre la mesa problemas y mejoras— y una cultura de mejora y reconocimiento. El logro no es individual ni de un solo departamento: se comparte con toda la empresa.

El mercado de climatización y mantenimiento es exigente. ¿Qué buenas prácticas os permiten mantener la posición de referencia?

Dos ejes: orientación al cliente —no solo responder, también anticiparnos y proponer soluciones innovadoras pensando en su futuro— y excelencia técnica, garantizando el cumplimiento normativo en un entorno regulatorio muy exigente. Todo ello sobre confianza, transparencia y calidad.

Eres activa en COGITIAR y otras entidades. ¿Qué valor tienen las buenas prácticas compartidas para el crecimiento colectivo?

Es fundamental. Participar en colegios y asociaciones te enriquece a nivel personal y profesional: convierte experiencias individuales en colectivas, fomenta colaboración entre empresas y crea redes de confianza capaces de impulsar proyectos con gran impacto. Es un lujo. No concibo, que haya personas que no participen en algún ámbitoasociativo. Todos podemos aportar.

¿Qué buenas prácticas recomiendas para gestionar cambios de forma eficaz?

Combinar visión y método: planificar con un propósito claro, explicar por qué se hace el cambio y qué beneficios tendrá para la organización y las personas. Implicar al equipo desde el principio (participación activa y escucha) y ofrecer acompañamiento y herramientas. Hay reticencias iniciales, pero con apoyo esas personas acaban siendo embajadoras del cambio. 

Campus Fundación Ibercaja impulsa programas de motivación, bienestar y liderazgo. ¿Qué papel juegan las buenas prácticas para que esa formación tenga impacto real en la empresa?

Para liderar primero hay que conocerse. Estas formaciones deberían ser casi obligatorias para cualquier rol, de dirección a campo, porque mejoran equipos, entorno y clima laboral. Te dan herramientas prácticas, networking y visión de cómo funcionan las organizaciones. En definitiva, ayudan a que las buenas prácticas cristalicen y generen cambios reales.

Pensando en los próximos años, ¿qué nuevas buenas prácticas marcarán la evolución de INCLIZA y del sector?

Veo tres ejes: sostenibilidad, digitalización e impulso del talento. Integrar soluciones sostenibles y análisis de datos / IoT, incluso gemelos digitales, para mejorar el ciclo de vida de las instalaciones y el mantenimiento predictivo; y formar equipos multidisciplinares e inclusivos. La combinación de estas tres patas nos permitirá seguir siendo innovadores y competitivos y creo que esta suma será la que marcará la diferencia. 

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