Pensamiento humano y aprendizaje autodirigido para afrontar los desafíos de la era de la inteligencia artificial

Pensamiento humano y aprendizaje autodirigido para afrontar los desafíos de la era de la inteligencia artificial
  • Amaya Gil Albarova
  • Publicación: 31 de enero del 2019
  • Colabora: Amaya Gil Albarova
Los que nacimos en los años 60, Generación X, nos damos cuenta de que hemos vivido muchos cambios y de forma acelerada. Podríamos decir que hemos vivido el paso del pasado al futuro tal y como lo describían las novelas y películas de ciencia ficción que alimentaban nuestra imaginación juvenil.

A lo largo nuestra vida, hemos aprendido a manejar nuevos aparatos, en algunos casos con vidas muy efímeras. Hemos escuchado música con tocadiscos, radiocasete, walkman, discman, MP3 y ahora con el smartphone. Los aparatos han cambiado, pero no nuestro gusto por la música. También en el trabajo hemos ido cambiando máquinas de escribir y calculadoras por ordenadores personales, y ahora usamos dispositivos móviles sofisticados, con todo tipo de funcionalidades, que forman parte de la actividad cotidiana y que, sin ellos, empezamos a pensar que no podemos hacer nada. Sabemos que el cambio es permanente, lo percibimos y lo experimentamos en nosotros mismos.

La humanidad ha ido desarrollando nuevos conocimientos e inventos para prosperar y mejorar la calidad de vida, que han cambiado nuestros comportamientos, creando nuevos hábitos y necesidades. Sin embargo, hay un conocimiento especializado, lento, profundo, fruto de la experiencia de la vida y propio del ser humano, que se manifiesta en todas las culturas, y que conocemos como: la sabiduría. Lo que no tiene precedentes en la historia, es la velocidad a la que se están produciendo los cambios en la actualidad. Este es el fenómeno que nos tiene descolocados. Los avances en las ciencias computacionales, impulsados deliberadamente por las grandes compañías tecnológicas, están impactando de forma evidente en nuestras vidas, introduciendo constantes novedades en el estilo de vida, en las formas de comunicarnos o en las formas de consumir. También se ven afectadas las formas de aprender y de trabajar, así como el desarrollo profesional, por la velocidad de los cambios; hasta el punto de tener la certeza de que, si no continuamos aprendiendo, nuestro perfil profesional quedará obsoleto en unos pocos años, meses o incluso semanas.Vivimos con una prisa anormal que da vértigo.

Hemos generado la necesidad de estar informados y aprender cosas sin parar. Cuanto más sabemos, descubrimos lo mucho que aún queda por aprender. Es imposible estar al día de todo lo nuevo, y si lo intentas, descubres con desazón, que las novedades de hoy estarán obsoletas mañana y que debes continuar en ese ciclo sin fin (Bauman, Z., 2005).Tampoco podemos perder de vista que los problemas y desafíos del mundo actual también son nuevos y la humanidad necesita tiempo para entenderlos, asumirlos y afrontarlos:

• El desarrollo imparable de la inteligencia artificial puede tener un impacto muy importante en todos los niveles de la sociedad tal y como la conocemos (Lee y Li, 2018; Tegman, M, 2018). Es por tanto uno de los desafíos que más inquietud generan. Cada vez más voces cualificadas advierten y exigen poner al ser humano en el centro de atención de esta tendencia. Para ello, las compañías, necesitan incorporar profesionales de las humanidades para canalizar adecuadamente este desarrollo pero especialmente para incorporar los valores y los juicios morales en la toma de decisiones que requiere la programación de las máquinas inteligentes (Nidihsh, 2017).

• El aumento de la población mundial gracias a la mejora de las condiciones de vida, supone nuevos desafíos. En los países desarrollados, se observa un progresivo envejecimiento de la población, que además será más longeva. La longevidad, es uno de los conductores clave para pronosticar las nuevas habilidades del trabajo del futuro (Institute for the future) y hace prever otros cambios en el estilo de vida que conocemos, como la ampliación de la vida laboral de las personas, entre otras cosas. (Experimento 2100)

• Por último, debemos ser conscientes de que la grave amenaza ecológica del planeta es el problema acuciante que como humanidad tenemos que afrontar, porque de ello depende nuestra supervivencia. Nos implica a todos y a cada uno, en la necesidad de tomar conciencia profunda y cambiar nuestros hábitos para priorizar el bien común por encima de intereses particulares.Todo ello, hay que verlo desde “la convicción de que en el mundo todo está conectado, la crítica al nuevo paradigma y a las formas de poder que derivan de la tecnología, la invitación a buscar otros modos de entender la economía y el progreso, el valor propio de cada criatura, el sentido humano de la ecología, la necesidad de debates sinceros y honestos, la grave responsabilidad internacional y local, la cultura del descarte y la propuesta de un nuevo estilo de vida” (Papa Francisco, 2015).

Ante este panorama, ha llegado el momento de parar el motor y pensar sobre el sentido de nuestra vida y de nuestro proyecto profesional. Este es el desafío y la prioridad. Pensar y tomar conciencia de uno mismo, de los talentos no desarrollados y de las capacidades cognitivas que nos permitan llegar a ser mejores personas y mejores profesionales. Se trata de entrenar aquellas competencias que nos hacen más humanos, como son el pensamiento crítico, la creatividad y el discernimiento. Estas habilidades, inherentes a la sabiduría humana, se desarrollan a través del aprendizaje consciente y autodirigido, y son las claves para diferenciarnos como personas únicas, capaces de afrontar los problemas del día a día y tomar las decisiones con mayor acierto. La seguridad en uno mismo que se adquiere como consecuencia del desarrollo de esas habilidades, permite influir positivamente en los demás, en nuestro entorno familiar, laboral y social. Además, ante el auge de ideologías radicales y extremistas, necesitamos pensar de forma autónoma, crítica e independiente.

Vivimos un momento en el que en ocasiones toca ir a contracorriente. Debemos estar preparados para cuestionar las ideologías que se venden “enlatadas” y que, como si fueran apps, se instalan en los cerebros sin ningún filtro. El compromiso empieza con uno mismo, pensando de forma autónoma y crítica como único “antídoto contra la manipulación” (López Quintás, 1980), y actuando después con valentía y coherencia con el pensamiento propio. Tenemos que formar criterios por nosotros mismos, sustentados en juicios morales, para defender los derechos humanos. Porque los problemas de la vida humana y del planeta, nos incumben a todos y debemos ocuparnos para formar parte de la solución. Como dice Gómez de Candiani M.J (2019), “hoy en día aprender a ser humano no es solo pensar en uno mismo, sino también en el otro, integrando la lógica del bien común con el trabajo conjunto, dejando de lado las visiones reduccionistas, particulares y egocéntricas”.

En este contexto, hemos de volver a pensar en nuestro itinerario y desarrollo profesional. Frente a la supremacía de los aprendizajes del enfoque STEM (Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas), es imprescindible desarrollar conocimientos multidisciplinares, competencias filosóficas y humanísticas, y especialmente habilidades de aprendizaje, porque son claves para afrontar los desafíos del mundo actual y del futuro. Como recientemente ha dicho Scott Hartley, inversor de Silicon Valley, “las humanidades nos salvarán de perder el empleo”, subrayando la necesidad de dotar de ética el desarrollo de “las máquinas y algoritmos que gobiernan e influyen directa e indirectamente en buena parte de nuestras vidas”.

En conclusión, siendo más humanos mediante el desarrollo del conocimiento y el aprendizaje autodirigido, del pensamiento crítico y el discernimiento, de la creatividad y la sensibilidad, estaremos más preparados para afrontar los desafíos y los problemas, y más concretamente, para asegurar la prevalencia del pensamiento humano frente a la inteligencia artificial, como vector de los cambios que están por venir.

Referencias:
Bauman, Z., (2005), Vida líquida, Barcelona: Austral
Fundación la Caixa, Experimento 2010. Exposición de prospectiva científica
Gómez de Candiani, M.J., “Aprender a ser humano”. Observatorio de innovación educativa. Tecnológico de Monterrey, publicado el 15 de enero de 2019
Institute for the future, Habilidades de trabajo del futuro 2020.
López Quintás, A. (1980). Estrategia del lenguaje y manipulación del hombre. Narcea.
Nidhish, H. (2017). The Fuzzy and the Techie. Why the Liberal Arts Will Rule the Digital World. Nitte Management Review, 11(1), 49-51.
Papa Francisco, Encíclica Laudatio sí, 24 de mayo de 2015
Tegman, M. (2018), Vida 3.0 Qué significa ser humano en la era de la inteligencia artificial, Madrid: Taurus

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